sábado, 19 de julio de 2008

La cintilla iliotibial













La cintilla iliotibial es un engrosamiento de la aponeurosis ("funda") de los músculos del muslo que funciona como un ligamento, para estirar la cápsula de la articulación de la rodilla y evitar que esta se "pince" cuando doblamos la misma.




Es una lesión por sobreuso que afecta a la banda iliotibial y se caracteriza por la aparición de dolor en la cara lateral de la rodilla, donde se produce una fricción entre la cintilla y el epicóndilo lateral.
Es una lesión muy frecuente en los corredores de media y larga distancia pero no es exclusivo de ellos. También aparece en ciclistas, remeros y otros deportes.

La causa de la lesión es multifactorial. Se piensa que el problema empieza en los músculos abductores de la cadera, que por debilidad o fatiga no estabilizan la pelvis. Otras estructuras intentan compensar. A esto podría sumarse un exceso de pronación del pie, para conseguir una aproximación y rotación interna adecuada de la pierna, iniciando el mecanismo de sobrecarga y lesión.
 

Desde los glúteos a la rodilla, por la parte externa del muslo, transcurre un tracto fibroso llamado «fascia lata» que, con extraordinaria fuerza, tira de la rodilla, enderezándola en la extensión de la pierna, resultando por este motivo muy importante su función en el desarrollo de la zancada al correr. Se puede ver a esta formación fibrosa sobresalir como una banda fuerte y tensa justo por el lado externo del muslo y rodilla, especialmente en atletas musculosos.

Cerca de la rodilla, el «tracto iliotibial» pasa por encima del borde externo del fémur y tiene debajo pequeñas bolsas de fluido para amortiguar el roce sobre dicho hueso. Un cambio en la pauta normal de nuestros movimientos por correr sobre superficie muy dura (asfalto) o muy blanda (terreno embarrado), por correr en fuertes pendientes (carrera de montaña) o sencillamente por aumentar la intensidad de los entrenamientos hace que haya fricción entre la «cintilla o bandeleta iliotibial» y los tejidos adyacentes originando inflamación y dolor muy invalidante para el corredor.

Un dolor que se presenta súbita o gradualmente cuando intentamos correr o si estamos descansando, cuando hemos andado mucho o hemos estado mucho tiempo de pie, nos hace sospechar esta afección característica de la carrera a pie. Está muy localizado en la parte externa de la rodilla, extendiéndose bajo el borde inferior de la rótula hasta el mismísimo tendón rotuliano, con el que puede imbricarse falseando el diagnóstico. Es un dolor que comienza casi al empezar a correr y a los pocos minutos impide seguir. Su intensidad aumenta con las irregularidades del terreno y corriendo cuesta abajo. Cede con el reposo y vuelve con el ejercicio.

La mayoría de las veces se siente un «clic» característico que acompaña a la sensación de roce doloroso cuando hacemos zancada, al flexionar y extender la rodilla, por roce con la parte prominente del borde del fémur.

Causas Las posibles causas de esta lesión son:

- Entrenamiento en terrenos inclinados o irregulares
- Alteraciones en la biomecánica de la marcha: pies pronados, genu varo
- Deficiente elasticidad de los músculos de la cara externa del muslo
- Calzado deportivo inadecuado: zapatillas muy desgastadas o no adaptadas a la biomecánica del pie

Prevención: Sustituir la carrera por marcha rápida debe ser el primer intento por hacer un «descanso activo» de la lesión. Es bueno comenzar con cinco minutos caminando y tres minutos de trote para ir probándose, tras estar dos o tres días únicamente andando. Una protección, más o menos como la que señala este enlace, debe colocarse para realizar los citados ejercicios y con ello tratar de sujetar y comprimir el relieve de la cintilla, evitando la fricción de la misma en su inserción tibial.

Si optamos por la bicicleta para descansar de la carrera a pie deberemos tener en cuenta que el sillín debe situarse muy alto, lo que nos permitirá tener en todo momento la pierna bien estirada, para evitar flexiones mayores de treinta grados. Si lo que elegimos es la natación recordaremos que el estilo a braza está prohibido por su patada flexora de rodilla.

Ejercicios de estiramiento específicos para cintilla iliotibial:

1 y 2 (Como veis, no hace falta flexionar el tronco para tratar de llegar con las manos a los pies, pues esto estresaría la zona lumbar, sin necesidad alguna)

El dolor en la cintilla iliotibial, es un dolor que comienza casi al empezar a correr y a los pocos minutos impide seguir. Su intensidad aumenta con las irregularidades del terreno y corriendo cuesta abajo. Cede con el reposo y vuelve con el ejercicio. La mayoría de las veces se siente un «clic» característico que acompaña a la sensación de roce doloroso cuando hacemos zancada, al flexionar y extender la rodilla, por roce con la parte prominente del borde del fémur.

Para diagnosticar mejor el dolor, cuando apretamos la zona externa siguiendo el tracto iliotibial encontramos un punto doloroso externo a la rodilla, «entre los tendones, muy al fondo tocando hueso». Puede ocurrir que sólo se sienta cuando la rodilla forma cierto ángulo (cercano a los treinta grados). Así, es bueno comenzar a explorarse partiendo del ángulo recto de rodilla con los dedos índice y medio, friccionando las zonas fibrosas hasta localizar una crepitación dolorosa puntual, para lo que a veces se debe profundizar hasta el propio fémur. El borde externo del muslo se siente tirante y fatigado, y cuando bajamos escaleras «chasquea» algo en el exterior de la rodilla y la tirantez inicial se convierte en dolor, a veces quemante.


Es fundamental tener presente este cuadro clínico para no confundirlo con otros más habituales.
La rigidez de estructuras de la cadera se explora con las pruebas de Thomas (se flexiona la cadera al máximo y se comprueba si la rodilla contraria se encoge) y de Ober (la abducción y extensión de la cadera está limitada).
 
En cuanto al tratamiento, si optamos por la bicicleta para descansar de la carrera a pie deberemos tener en cuenta que el sillín debe situarse muy alto, lo que nos permitirá tener en todo momento la pierna bien estirada, para evitar flexiones mayores de treinta grados. Si lo que elegimos es la natación recordaremos que el estilo a braza está prohibido por su patada flexora de rodilla. Esperemos no tener que llegar a esta medida




Más información: en este enlace.y este otro

Webs relacionadas:

http://www.runners.es/nutricion-salud/articulo/el-sindrome-de-la-cintilla-iliotibial-rodilla-del-corredor-doctor-villanueva